Hoy vamos a abordar las ventajas e inconvenientes que puede tener el uso de EEM, qué nos aporta de nuevo y qué falsos mitos hay al respecto de su uso. En la primera entrega ya planteamos las cuestiones acerca de la utilidad y tipos de EEM. Existen numerosas aplicaciones para un EEM para cualquier usuario que practique esto de correr, y algunas específicas que nos pueden venir bien si además somos minimalistas expertos, iniciados, o estamos en transición al minimalismo. Estas últimas serán abordadas en otra entrega.
En primer lugar quiero destacar que nadie puede llevarse a engaños con un EEM si no quieres que acabe como el de la foto superior. No es la panacea y NO SUSTITUYE entrenamientos. Es un complemento. No por ponerlos la máquina 10 veces a la semana, si no corremos ni un kilómetro, vamos a conservar el estado de forma o a mejorar. La electroestimulación estimula el riego sanguíneo al músculo, activa su metabolismo, y recluta fibras musculares de la misma forma que el ejercicio intensivo, pero no tiene los mismos efectos sobre el resto del organismo. Es decir, es como si pusieramos al músculo a entrenar, pero no a nuestro corazón, pulmones, etc. La frecuencia cardiaca apenas sube un 10-20% sobre la basal, no aumenta la frecuencia respiratoria, apenas se produce sudoración, pérdida de electrolitos, etc. Además estamos trabajando sobre un grupo muscular o dos de forma prioritaria, aunque algunos otros músculos agonistas y antagonistas también realizan algo de trabajo, será de forma menos importante.
Como ventajas sobre el ejercicio físico convencional (correr) me gustaría destacar que el reclutamiento de fibras musculares que puede conseguir un EEM no se consigue de forma voluntaria con ningún otro sistema de entrenamiento. Ni corriendo a ritmos lácticos, ni ascendiendo pendientes del 40% a sprint, ni levantando 100kg de pesas en el gimnasio podremos poner en marcha el mismo número de fibras ni a un nivel tan exigente como lo hace un EEM. Esto viene limitado por el cerebro, que envía señales involuntarias al músculo para "limitar" su contracción dentro de unos parámetros de seguridad. La EEM no tiene esos límites involuntarios, y le exige al músculo una contracción máxima, actuando tanto sobre las fibras superficiales como sobre las profundas, sin ocasionar desequilibrios que pueden darse en la práctica de deportes repetitivos como es correr. Le exige al músculo el 100% desde el principio y a todo el músculo por igual, de ambos lados.
Como experiencia personal, a modo de ejemplo, puedo contar haber realizado un maratón de montaña de 42km con 2000m de desnivel positivo en 4h27' siendo 10º de la general, 1º Senior, con un nivel de esfuerzo importante, y recuerdo haber tenido 1 día de agujetas moderadas-intensas y otro día leves-moderadas en los cuádriceps. Aún después de varias sesiones, cada vez que me pongo 20-25' una sesión de EEM de Fuerza-Resistencia, acuso al menos 3 días de agujetas intensas.
Otro mito a desmontar es el concepto de "gimnasia pasiva", ya que cuando uno hace EEM de verdad, no está tumbado viendo la TV, sino que cada contracción exige una concentración y un esfuerzo importante para tolerarla. Otros programas (capilarización, calentamiento, drenaje, etc) sí que permiten un uso más recreativo del mismo.
Pero lo que sí que nos permite la EEM es utilizarla dentro de casa, en días con mal tiempo, o a las 12 de la noche en un día que no hemos parado de trabajar. También se puede salir a correr con mal tiempo, o a las 12 de la noche, pero no negaremos que la mayoría de las sesiones que dejamos de hacer son motivadas por este tipo de razones, por lo que la EEM hace que se pierdan las menos posibles. En otras ocasiones ante unas molestias en los gemelos, el Aquiles, tibial, metatarso, decidimos no entrenar, pero podemos seguir trabajando otros grupos musculares (cuádriceps, isquiotibiales, etc), y la EEM nos permite hacerlo en vez de sumar días de inactividad.
Para usuarios convencionales además, si se dedican a preparar pruebas de larga distancia (maratón, ultramaratón, etc), el uso de EEM puede complementar las cargas de entrenamiento, y reducir el número de km necesarios, y el consecuente machaque de articulaciones. Los minimalistas sabemos que nosotros tenemos que preocuparnos bastante menos por ese detalle, pero nunca está de más cuidar nuestras estructuras anatómicas.
Y otro uso que es importante para un EEM es durante los periodos de lesión que todos podemos sufrir, ya que ayuda a evitar la atrofia muscular por la inactividad, en aquellos grupos musculares que no están lesionados. Además, si nuestro EEM posee función TENS, podremos hacer sesiones de "corrientes" como si de un fisioterapeuta se tratara, acortando la recuperación.
Otros usos como tonificación, lipoescultura, definición, hipertrofia, etc, más cosméticos que deportivos, también pueden ser considerados, pero no entraré a considerarlos en esta entrada pues considero que son de importancia menor.
Como véis, los usos posibles de un EEM y sus ventajas para cualquier deportista medio son numerosas e importantes. Seguro que me dejo alguna en el tintero, pero están reseñadas las más relevantes. Ahora le toca a cada uno sopesar si le merece la pena hacerse con uno o no. En proximas entradas hablaremos de protocolos de entrenamiento y cómo utilizarlo correctamente, y por último, de las ventajas específicas y los usos que puede darle un minimalista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario