Crónica de los 101km de Madrid-Segovia 2012

Las 06:30 de la mañana, suena el despertador. Empieza un gran día. Es 22 de Septiembre y hoy vamos a hacer nuestro primer ultra de más de 100km. Carlos y yo nos levantamos, nos comemos nuestras galletas y nuestro zumo con leche, desayuno que empieza a ser un clásico de los ultras desde la Subida al Veleta. Tenemos todo preparado, ropa, zapatillas, mochila, material obligatorio, bolsas para Cercedilla y para Segovia, comida más que de sobra, etc. Y mi dorsal.

Entre el material escogido para la prueba destacan mis Merrell True Glove, calcetines Injinji Midweigth, pantorrilleras 2XU, unos pantalones 2 en 1 Brooks, camiseta New Balance cedida por Correrdescalzos.es y patrocinada por Zami.es y Pies Sucios, gorra Salomon XA-Cap sin la parte posterior, Garmin 910XT, bandana para secarme el sudor, y la mochila Lafuma Cinetik 5 Pro equipada con 2 bidones de 500ml de Gatorade para llevar en el pecho, un cortavientos Quechua compacto, manta térmica, frontal LED Lenser H7, la luz roja de posición Ronhill Vizion Led, el iPod, un esparadrapo tape, tiritas compex, 3 barritas y 3 geles, 2 pastillas de sales, una bolsa de plátano deshidratado y mis gafas de sol estilo wayfarer de Rayban. En la bolsa para Cercedilla dejé calcetines de cinco dedos chinos de repuesto, unas Salomon XA Pro 3D Ultra por si los pies se resentían después de 65km de minimalismo, dos bastones plegables, y camiseta térmica Kipsta de manga larga por si acaso.

Perfil de la prueba

Salimos del hotel y nos vamos al metro. Qué diferencia el ambiente vivido en el Maratón de Madrid en la que el metro iba repleto de gente para correr. En esta ocasión no vemos a nadie. Eso nos anticipa que lo que vamos a hacer no es algo normal ni que pueda hacer cualquiera. Llegamos a Plaza de Castilla a las 7:45, con el tiempo justo para dejar las bolsas de Cercedilla y Segovia en los camiones. Nos quedan 30 minutos para la salida, que pasan volando entre saludar a los compañeros de Correbirras y la charla técnica, en la que coincido con dos amigos minimalistas, José Luis con sus Fivefingers TrekSport, y Rafa con sus Merrell Trail Glove.

Entre las torres Kio en la salida de Plaza de Castilla

Nos colocamos en el tercio delantero en la salida, pero detrás de bastante gente. No hay problema, no vamos a salir sprintando. Estamos tranquilos, con ganas de empezar, pero sin nervios, hemos entrenado más perparando el maratón de Valencia del próximo Noviembre que para un Ultra de 100km ahora, pero tenemos un buen estado de forma y rodajes largos a buen ritmo en las piernas.

El arco de salida momentos antes de empezar

Comenzamos tranquilos, algo más rápido de 6'/km, pero cómodos. Vamos pasando gente y nos encontramos con Dani del equipo "NutriciónDE" con el que coincidimos en meta del Maratón de Madrid, comentamos ritmos y objetivo y nos dicen que para estar en torno a 12h, tiempo que saliendo todo perfecto para nosotros sería lo máximo a aspirar. Como vamos bien, y la compañía es buena, decidimos ir con ellos mientras podamos. El tramo es de continuos toboganes, más subida que bajada, algo árido, pero la mente está fresca, no hace todavía mucho calor, y se pasa rápido. Entre presentaciones y charlas llegamos al km16, en la localidad de Tres Cantos, primer avituallamiento. Paramos unos minutos, bastante relajados, rellenamos bidones, comemos fruta, sellamos el pasaporte y vuelta a la carrera.

A la llegada al avituallamiento de Tres Cantos

Segumios en grupo, lo que nos ayudó mucho, ya que Dani y sus compañeros daban el aviso cuando alguien que se ponía a tirar se ponía a menos de 5'30"/km, dosificar al inicio es la clave que propició todo lo demás. Llegamos a Colmenar Viejo, km27, segundo avituallamiento. Nos lo tomamos con más calma aún, comiendo bien, hidratándonos, estirando, etc. Salimos todos juntos, seguimos a buen ritmo, y cerca del siguiente avituallamiento en una bajada técnica sale nuestra vena montañera y Carlos y yo nos adelantamos un poco con respecto al grupo, sin forzar, simplemente tirando de técnica de bajada. Llegamos a Puente Medieval, km34, tercer avituallamiento, paramos a esperarlos mientras nos hidratamos con el agua más fresquita de todos los puestos. Vamos bien y lo notamos, en el Veleta y en Benissa para el km30 ya habíamos petado, ahora mismo vamos muy enteros.

Camuflado en el grupo, detrás de Dani

Salimos con el grupo, pero comienza una dura subida de 5km, y alguno de ellos va justo, así que se quedan a esperarlo. Nosotros vamos bien y continuamos corriendo a 6'/km esos kilómetros ascendentes. Luego 2km de bajada en la que veo que Carlos va muy fuerte y que disfruta bajando y llegamos a Manzanares del Real, km42, justo el punto en el que pasamos la distancia de Maratón, en 4h20. Noto en la zona del Aquiles que contacta con el borde rígido de las Merrell que me está rozando, me pongo un Compex y me olvido.

El paso por el maratón, 4h20min y casi 800m de desnivel positivo

Nos planteamos la carrera por avituallamientos, lo que ayuda a que psicológicamente pase más rápido que por kms. Ya vamos Carlos y yo solos, pasando gente, en torno al puesto 60 de la general. Sin más novedad llegamos al km50, en Mataelpino, con un avituallamiento brutal, excelentemente dotado, con mucho ambiente y música. Paralelamente al Madrid-Segovia se celebraba el Cto. de Madrid de Trail, que acababa en ese punto, así que algún corredor no seguiría más allá de Mataelpino. Paramos 10 minutos, comemos bastante y bebemos bien, estiramos, y aunque algo cansados, llevamos 5h20 para casi la mitad del recorrido, nos vemos bien, animados y con fuerzas, empezamos a imaginar la utópica idea de bajar de 12h, pero queda mucho y pinchar 10km antes o después cambia en 2 horas tu marca final. Y encima nos queda la peor parte de la subida.

Llegada a Mataelpino, km50

Salimos y yo ya voy pensando en Cercedilla (km65), donde nos espera una paella, la mochila con el cambio de material y un buen descanso. Si llegamos bien a ese punto la carrera estará hecha, o eso pensamos. Lo que se nos olvidó es que mientras tanto teníamos que llegar a Navacerrada, km58, y tras 4km llanos en los que alcanzamos a otro grupete de corredores, nos encontramos con una subida de 4km en medio de un secarral, en las horas de más calor del día. Subimos andando con dos nuevos compañeros de camino, aunque Carlos pasa su peor momento e incluso se descuelga un poco mientras andamos. No lo espero porque si se queda un poco hace por subir el ritmo, si lo espero se vuelve a quedar y asi todo el tiempo. En el avituallamiento recuperará ese minuto que ha perdido. Llegamos a Navacerrada (La Barranca) y tomamos lo que podemos, salimos con ganas locas de llegar a Cercedilla en torno al puesto 50 de la general.

Subida a Navacerrada

Carlos sigue un par de kilómetros algo justo, pero parece que se recupera conforme nos acercamos al avituallamiento, y volvemos a marcar 3kms a 5'30" hasta llegar al polideportivo. Llegamos a Cercedilla eufóricos, ¡qué ganas teníamos!, 7h30 para 65km, con la cara de Carlos transformada con respecto a una hora antes.

Llegada a Cercedilla

Hay muy buen ambiente. Nos vamos a por nuestra mochila y sin decir siquiera número de dorsal ya nos la tienen preparada, un 10. Salimos afuera y vemos que Pedro Serna, compañero de fondistas de Alcantarilla está allí, cuando se esperaba que luchara por la victoria, y resulta que ha decidido retirarse por problemas estomacales.

Con Pedro Serna mientras descansamos y cambio de calzado

Nos comemos medio plato de paella, que está buena, pero a mi no me entra más comida, hemos bebido unos 10 litros y comido lo posible, así que un atracón ahora no va a solucionar nada. Nos echamos fotos, charlamos con Pilar de Correbirras y algún otro conocido. Decido cambiar de zapatillas pues las Merrell han cumplido su labor, pero mis pies ya van resentidos de tantas horas y quiero olvidarme de mirar por dónde piso. No me cambio de calcetines, los Injinji están perfectos, y la ampolla no me ha dado ni el más mínimo síntoma desde que apliqué el Compex. Paso de los bastones, me van a estorbar en los 23km de bajada, y "sólo" quedan 14km de subida hasta el Alto de la Fuenfría. Tras algo más de 20 minutos de avituallamiento salimos con fuerzas renovadas.

Paella en Cercedillas. Gracias a los voluntarios.

Salimos de Cercedilla corriendo los 2km iniciales, para posteriormente iniciar el ascenso casi exclusivamente andando. Andamos rápido, Carlos, Demetrio que nos acompaña desde Mataelpino, marcando un ritmo de 8'30"/km, con la idea de bajar de 12h cada vez más fija en nuestra mente, aunque vamos algo mal de tiempo. Pasamos a muchos corredores que caminan más lentos que nosotros. Tomamos un ligero avituallamiento en el km72 en la Calzada Romana. El paisaje es bonito, una magnífica arboleda nos quita un buen par de horas de sol, cosa que se agradece, vamos en contínuo ascenso deseando llegar a la Fuenfría (km79), donde empieza lo que nos gusta, bajar y bajar. Mis estimaciones decían que llegando en 9h30 arriba estaríamos en condiciones de bajar de 12h, corremos algún km completo y algún tramo suelto de subida, pero aún así llegamos en 9h40, puesto 42, nos hidratamos, comemos una magdalena, estiramos un poco, y salimos hacia abajo en 9h45. Muy justos.

Señalización de las vias pecuarias del camino de Santiago que nos encontramos por todo el camino

Carlos y yo, o más bien yo y mi cabezonería, y Carlos siguiéndonos a ambos a regañadientes, empezamos la bajada con la determinación de, al menos, intentarlo. Ni en nuestros mejores sueños habríamos imaginado bajar de 12h en nuesto primer 101km, pero estando tan cerca y teniendo el día "perfecto", nos quedaría siempre ese quemazón de no haberlo intentado. Tenemos que ir 23km a menos de 6'/km para hacerlo, una media maratón en menos de 2h, pero con 80km en las piernas. Lo que se prometía como 23km de continua bajada no son tales, apareciendo falsos llanos e incluso alguna subida que trastoca todos nuestros planes. Carlos lo ve perdido. Yo quiero llegar al avituallamiento del km91 para decidir si me rindo o no. Tiro de él como puedo y marcamos algún km bueno. Pasamos algún corredor. Llegamos a la Cruz de la Gallega, km91, en 10h54, últimos líquidos, nos echamos una foto (¿en qué estabamos pensando?, jaja), y nos dicen que la carrera son 102km y que faltan 11, ¡la leche!. Salimos del avituallamiento en 10h57.

Bajada desde la Cruz Gallega, km90

No lo vemos claro, pero no lo vemos imposible. 11km a 5'30/km para asegurar. Bufff!. Hacemos tres kilómetros de bajada técnica, muy entretenidos, empujo con toda mi alma, Carlos también, me sigue, vaya crack!. marcamos dos km a 5'10" después de 11h corriendo. La virgen!. Y ya llegamos al terreno de ligera bajada y falso llano de 8km que nos llevará hasta Segovia. Vamos pasando gente, sin parar, que diferencia de final de carrera la gente que no puede, que va andando o trotando, nosotros vamos como flechas. Se nos atragantan los siguientes 3km, pero mantenemos un ritmo decente de 5'40". A falta de 5km para meta Carlos está 50m por detrás de mi. Como ya sabeis no lo voy a esperar, que sino se vuelve a quedar. En ese momento comprendo que lo vamos a conseguir. Nuestra determinación no tiene límites y seguimos adelantando corredores hasta situarnos en torno al 31º de la General. Entramos en Segovia y quedan 2km de pura ciudad, donde las fuerzas ya dan igual, el cuerpo corre y corre y corre por simple inercia y euforia pensando únicamente en una cosa, el Acueducto.

Vamos entre los coches primero, y entre los peatones después, sorteando obstáculos a 5'10"/km, por pleno centro de Segovia. Carlos 50m detrás de mi, sigue empujando de forma brutal. La gente estorba, casi ni se apartan a nuestro paso, un ligero desconcierto te invade, como si pasaran de nosotros, es hora punta y la zona del acueducto está a reventar. Terminamos de bajar una calle y de pronto...voilá, el acueducto de Segovia con toda su magnitud, y cientos de personas a sus pies, aplaudiendo con rabia, animando y gritando como si el ganador acabara de aparecer.

Pero no es el ganador sino que soy yo, un corredor cualquiera. Mis ojos se inundan de lágrimas, pensando en todos aquellos que me han apoyado durante este tiempo y en cada uno de mis retos, especialmente en mi mujer Mar, sin la que nada sería posible, y en mi padre, mi fuente de inspiración, y por supuesto en Carlos, mi compañero de batallas, de locuras o de retos. Ejecuto el final soñado, no esprinto, no corro, abro los brazos, aclamado por la multitud, llorando, voy andando y disfrutando del momento, miro al cielo y al acueducto, miro a mi alrededor, lanzo aplausos a los que me rodean, cada vez aplauden más y con más fuerza, qué momento, me doy la vuelta, me pongo de rodillas y reverencio a Carlos que se acerca a darme un abrazo y entramos juntos en meta. 11h55. Felicidad en estado puro!