Las 05:15 de la mañana, suena el despertador. Me levanto de la cama intentando no hacer mucho ruido para no despertar a Mar, mi mujer. A los 30 segundos ya está despierta dándome ánimos para la carrera. Esta no es una carrera cualquiera, se trata de mi primer carrera de asfalto de más de 42km. Mi primer Ultra.
Todo preparado. Esta vez más de lo habitual. Camiseta y pantalón. Mis Merrell True Glove. Buff para el sudor. La GoPro Hero HD para inmortalizar los mejores momentos de la carrera. Un bastón para llevar la cámara y para subir el último tramo hasta el pico Veleta. Y mi iPhone en un brazalete, con un programa instalado para que desde casa puedan seguir a tiempo real por dónde voy. Demasiadas cosas, como queriéndome convencer de que "total, para el ritmo al que lo voy a hacer, no hay problema" o "si vamos a disfrutar, el tiempo no importa". Iluso.
A las 5:30 me reuno con Carlos para desayunar. Nos tomamos un zumo, un plátano, algo más de media palmera de chocolate y agua. Y como no tenemos nada que hacer nos vamos hacia la salida. Llegamos a las 6:15. Sólo hay una persona, que nos indica que efectivamente la salida va a ser alli. Ni arco hinchable, ni organización, ni policía municipal. Nada. De hecho un policía nos pregunta a las 6:30 que dónde es la salida. Poco después empieza a llegar la gente y la organización, pero dificilmente saldremos a las 07:00 previstas.
Efectivamente dan la salida a las 7:25, demasiado retraso para tratarse de una prueba seria, pero disfrutamos de esos minutos con los compañeros de ciudad o de club con los que coincidimos y del buen amibente que se crea. Por fin salimos. Hemos decidido salir conservadores, a 5'00"/km, hasta que empecemos a subir. A ver qué pasa.
Los primeros 10km cumplimos lo previsto. 50 minutos y hemos cubierto un 20% de la carrera. Vamos cómodos y nos encontramos bien. Empieza a apretar el calor, y empezamos a subir. Nada extraordinario, una pendiente del 6-7% que hace disminuir el ritmo, pero no excesivamente. Lo que no sabíamos, o no quisimos recordar, es que, sin tregua, esa pendiente se iba a prolongar durante los siguientes 40km.
Del km10 al 20 marcamos muchos kilómetros en torno a 6'00". Y llegamos al primer avituallamiento sólido (km20) en 1h51'. Vamos en un grupo muy bueno con Pascual, amigo de Carlos y otros 3 corredores experimentados que conocen el recorrido. Empezamos a notar el calor y el cansancio, pero seguimos en el grupo.
Entre el km20 y el 25 yo ya empiezo a notar bastante sobrecarga en la parte posterior de la pierna, aunque se me pasa. Algo más lento, pero corriendo a paso firme, cubrimos el segmento entre el km20 y el 30. Si en los anteriores 10km tardamos 1h01', ahora hemos consumido 1h10', un ritmo algo más sensato, pero ya era tarde. Cuando llegamos al segundo avituallamiento sólido, en 3h01' en el km30, Carlos y yo estamos acalambrados, y nos vemos casi incapaces de correr.
En ese momento decidimos andar, a buen paso, hasta recuperar o hasta llegar a meta. Todavía corremos un par de tramos de casi 1km. Pasado el km32 dejamos Pradollano a la derecha y comenzamos el sinuoso camino del subida al pico Veleta, que nos espera impasible allá al fondo, no tan lejos a simple vista. Entre el km35 y el km40 pasamos nuestro peor momento, en el que no podemos correr ni siquiera en un tramo llano de unos 500m de tregua que nos da la montaña. Llegamos al km40 en 4h39', por lo que necesitamos 1h38' para esos 10 agónicos kilómetros.
Llegados a ese punto yo ya sé que está hecho aunque empezamos a ver que terminar en menos de 6h va a ser imposible. Son menos de 10 hasta meta, pero no bajamos de 10'/km. Pasamos la Virgen de las Nieves, un tramo muy animado porque paralelamente a la carrera, el 05 de Agosto era la romería de la Virgen. Muy emotivo ese momento al pasar junto a la virgen y ver el pico cada vez más cerca.
Ya en el km45 Carlos ha cambiado la cara y se le ve más animado, a paso más firme nos vamos hacia meta. No sabemos cuanto nos falta. La organización dice que son 50km, pero en muchos sitios hemos leído que son unos 48km. Vamos preguntando a cada voluntario que nos cruzamos, cada uno dice una cosa, "falta 1km", y 500m después "falta un poco más de 2km", jaja.
Casi sin darnos cuenta vemos la caseta del telecabina, dudamos un instante de si es la zona de meta o no, y vemos que si lo es. Miramos el crono, 5h58'30". Faltan unos 400m pero la falta de oxígeno en nuestro cerebro nos hace creer que podemos cubrirlos en menos de 90" para bajar de 6h. Menos mal que no ibamos a preocuparnos por el tiempo!. A 100m del final comprendemos que es imposible, pero da igual, hemos acabado como empezamos, corriendo como valientes. Con los brazos en alto cruzamos la meta. Está hecho. Una enorme satisfacción te invade por dentro. Sentimientos que tardarás días en asimilar. Estamos a 3.390m de altitud, hemos completado la carrera más alta de Europa, una de las más duras del mundo. 6h00'47". Conseguido!.
La odisea para bajar hasta Granada es casi de tanta envergadura como el esfuerzo realizado para subir. Tomamos un telesilla hasta Borreguiles, a 10ºC y con un viento de 60km/h, equipados con una camiseta de tirantes y la toalla para secarnos tras la ducha a modo de manta. Qué frío!. Allí tomamos un telecabina hasta Pradollano. Vamos reposando. En Pradollano recogemos el trofeo, el picnic para comer y nos damos una merecida ducha de agua caliente. Para bajar a Granada la organización dispone unos autobuses casi ocultos de los que nadie nos puede informar y casi nos toca bajarnos a dedo. Finalmente los localizamos, y tras esperar casi 1 hora salimos hacia Granada. Fin del viaje. Fin de la aventura.
De la organización leereis muchas críticas, algunas fundadas y otras no. Lo cierto es que es una gran carrera que merece la pena ser corrida al menos una vez en la vida. A nivel organizativo no faltan facilidades para el corredor, los avituallamientos son correctos en distancia y contenido, la infraestructura para bajar está bien montada. El problema es la falta de información. Vas a una carrera de 50km y lo único que sabes es a que hora sales (aunque no lo cumplan) y a dónde llegas. Nada más. No es un problema de dinero, porque la mayoría de los fallos se solucionan con medidas que no cuestan dinero. Mejorar la web, dar más información y más detallada, etc. Luego hay errores puntuales subsanables, pero pudiendo ser una carrera referente mundial del ultrafondo, queda relegada a una aventura para aquellos que, aún leyendo las críticas negativas de años anteriores, se atreven a correrla.
¡Menuda aventura!... Enhorabuena por la hazaña.
ResponderEliminarSalud!
Muchas gracias!. Ha sido toda una aventura. Volveré, aunque casi seguro que no será el año que viene. Saludos.
EliminarPor lo que deduzco eres de Granada. Te lo digo porque el año pasado, en junio, estuve en la carrera de los Guájares. No sé si tu la habrás corrido, pusto que yo la corrí y quedé impresionado por el paisaje y el enclave de la carrera. No sabía que Sierra Nevada tuviera esos rincones tan bellos.
ResponderEliminarPor cierto, allí vi al primer corredor minimalista americani, con unas cinco dedos y corría de puntillas, de una forma muy exagerada. A partir de entonces empece a preguntarme el porqué de esta técnica ¡Ha! y dura es de cojones.
Un saludo
Hola crack. Soy de Murcia, pero Granada me pilla cerca. Es verdad que Sierra Nevada esconde paisajes preciosos. Yo he visto varios corredores calzados con minimalistas y no en todos ellos la técnica era correcta, pero como dices al menos te sirvió para intrigarte, informarte, y lanzarte a un nuevo mundo. Saludos.
EliminarBuff, me estaba poniendo malito imaginando el esfuerzo de esa tremenda subida (si correr mas de 10 km se me hace imposible, no quiero ni imaginar 50 y con esa dureza), enhorabuena valientes!
ResponderEliminarGracias!. Se hace duro, pero es muy gratificante. Luego también hay que saber andar. En septiembre una de 100km!.
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